Saludos en muchos idiomas, metáforas y jergas

Chino y wolof senegales. “(…) En Vitoria, tierra del Celedón en los días de la Virgen Blanca, subió al vagón un chino de Hong Kong que sonrió a una compatriota anciana, venerada en su país. La saludó con las uñas larguísimas por ser costumbre allí: –nî hâo! Hola!) –Lee, el chino, marcó otra sonrisa de oreja a oreja.–nî hâo! (¡Buen día!) –contestó la mujer nacida en Beijing (Pekín). –chî fàn le ma? (¿Has comido ya?) –Ofreció una jiao zhi, empanadilla tostada al vapor. –chî le. Xiè xie! (Sí. ¡Gracias!) Jorge caviló sobre el saludo de ese pueblo. ¡Da que pensar la pregunta! Y le miró Binta, una senegalesa wolof, desde el asiento contiguo: –Na nga dëf. (¡Hola! ¿Qué tal?) –¡Ma ngi fi! (¡Me siento muy bien!) –le agradeció Gorka. (…) (páginas 312-313)

Árabe y el Arcángel Gabriel. “(…) Esa jornada de julio, impropiamente lluviosa, pateaba Jorge la huerta de Beniel y encontró la noticia que rastreaba. En un chamizo donde vio una estampa del Arcángel Gabriel, la pareja magrebí cocinaba un guiso de sémola y bróculi. –¡Asalam alaikum! (La Paz sea con ustedes) –se presentó Jorge con su fotógrafo. –¡Ua alaikum asalam! (Y contigo) –le respondió la joven Amal.(…) (pág. 239)

Alemán e inglés. “(…) La brillantez y luz que desprendían los ojos de Gorka incitaron el saludo de un viajero, de origen alemán: –Welch sonniger Tag! (¡Bello día soleado!) –aludió Sebastian. –Glücklicher Tag! (¡Feliz día!) –le devolvió Gorka. En el periódico que mecía el traqueteo del tren, y el germano barbudo en sus manos, –sentado Gorka justo enfrente– el retrato de un hombre negro miraba fijamente a nuestro amigo, a la vez que sostenía sobre su cabeza el titular, a cinco columnas, de la noticia que abría The New York Times: Obama dona a obras sociales el sueldo completo de este año (…) (pág. 311)

La simpática gallega. “(…) El resplandor verdoso en las pupilas de Gorka atrajo la complicidad de una joven gallega, de piel suave y algodonada, blanca como la leche: –Eu quero disfrutar do sol.(Quiero disfrutar del sol.) –Apartó su flequillo pelirrojo. Al lado en una bolsa, tenía Queixo tetilla y dulces orellas de carnaval. –¡Fermosa tarde! (¡Bella tarde!) –le rubricó la sonrisa de Gorka.“(…) (página 311-312)

Un saludo en ruso. “(…) ¿Cuántas veces te ha ocurrido eso mismo a ti? Que estás pensando en algo y te ocurre algo diferente. De repente, se coló por la puerta Ahtohno, con una joven: –Dóbrei diéñ! (¡Buen día!) –Agitó un saludo con la mano izquierda–. Tengo prisa: viajo mañana de turismo para ver el Kremlin y Troitskaya. –Schastlívei diéñ! (¡Feliz día!) –Jorge les saludó con una sonrisa. –Te presento a María, desea escribir… licenciada en Filología Hispánica. (…) (página 113)

Euskara y el ‘Txoria txori’ de Mikel Laboa “(…) Conoció luego la mitología de Mari (Madre Diosa en Euskal Herria), la leyenda de Aitor y a Urtzi (el Dios cielo, cual Júpiter latino), a Alba, Josune y Adrián, Néstor y Aitor. Le tentó la dulce Carolina en una confitería. En la puerta, un joven de Malí vendía figuritas de madera. Se alegró al ver a una amiga. –¿Ibedi? (¿Qué tal estás, Amaia?) –Se acercó a la mujer vasca. –¡Herre dron! (¡Estoy bien!) –contestó la joven en perfecto bámbara. Gorka vio a una bandada de pájaros surcar el cielo… y su corazón cantó ‘Txoria txori’: “Hegoak ebaki banizkio/ nerea izango zen,/ ez zuen aldegingo./ Bainan, honela/ ez zen gehiago txoria izango/meta nik... txoria nuen maite.(…)” (“Si le hubiera cortado las alas/ habría sido mío,/ no habría escapado./ Pero así,/ no hubiera vuelto a ser nunca más un pájaro./Y yo... yo lo que amaba era que fuera pájaro.(…)”) (Mikel Laboa, San Sebastián 1934-Donosti 2008) (…) (páginas 319-320)

El saludo persa de los Baha’i. “(…) En charlas con devotos del Bab, por el mensaje del mundo avenido en la diversidad, afianzó nuestro amigo sus creencias. Jorge nos contó la alegría de su primer encuentro con Farhad: –¡Allahuabha! (¡Dios es la Gloria Más Grande!) –el persa le dio la bienvenida. –¡Allahuabha! –Jorge se fundió con él en un abrazo. (…) (página 182)

La gacela, cabra montés, cebra ágil y elegante. “(…) Cada mañana, en sus miradas reconocieron al alma que tenían enfrente y que sentían aproximarse. La gacela se marchaba al trabajo con el brío de la cabra montés. Así es Malena. Cebra ágil y elegante, cuando se viste de blanco y negro. –Me voy al hospital. ¡Pasea por Bilbao! –Se despidieron en la plaza. –¡Yo preparo la comida! –intervino Gorka, solícito. –¡Disfruta de Bilbao! Algún día… te llevaré a Hendaia y al Iparralde. (…) (página 317)

Televisor cegado y ciego, tenedor amenazante. “(…) Jorge se levantó y salió del salón. Eran las tres de la madrugada. Tenía hambre. En la cocina, troceó la barra de pan y cortó un par de pinchos de tortilla de patata. Los calentó medio minuto en el microondas. De regresó ya en el salón, Jorge vio que el televisor seguía apagado y ciego. Traía las manos ocupadas por los platos pero tendió uno a la compañera de piso. –Imagino lo que siente tu piel. ¿Pero te importa lo que él sienta por ti? El tenedor en la tortilla de Maya lanzó a Jorge una mirada amenazante. –¡Me importa sólo lo mío! –Se destapó por fin en el sofá, al echar a un lado la manta que tapaba sus mentiras. Y le dio una tiritona repentina. (…) (pág. 208)

Casta margarita Down, flor virginal. “(…) Todo ese rato dulce al lado de Puri, Jordi olió a casta margarita. La identidad Down de la muchacha, vivencia novedosa y especial para Jorge, se reveló como regalo que agrandó el alma de nuestro amigo. Inesperada puerta para avivar nuestra raíz más auténtica. Sin razonamiento, el corazón de Jordi se fue abriendo al compás de la joven. Y la flor virginal, voz suave y penetrante, le tocó la esencia: (…) (pág. 279)

Lujuria sexual insaciable. “(…) Nada más cruzar la puerta del piso, como venía hambrienta y sin saciar la lujuria sexual, se dirigió a la cocina. Jorge la siguió: observó. El compañero la conocía tan bien o mejor que ella se conocía a sí misma. Devoraba comida siempre que se ponía nerviosa. Maya abrió el frigorífico. Agarró un plátano, el más grande y gordo, y se lo tragó de un mordisco. (…) (pág. 223)

Hormigas de cristal y hormiguero torrencial. “(…) Llovía. Las hormigas de cristal saltaban también por la maleza. La más gorda chorreó por la hoja de un árbol, se precipitó hasta el borde… y cayó al vacío. Al estrellarse en el suelo, Jorge la vio reventar como las pompas de jabón de su madre al lavar la ropa. En el camino, atacados padre e hijo desde el aire por un hormiguero torrencial, Pedro aceleró las pedaladas. Pero frenó en seco el caballo de dos ruedas ante la puerta de casa. Rosa les sonrió: –¡Vaya chaparrón! ¡Entrad en casa! Secaos… y a comer. –¡Mamá, fui a la selva! –Saltó con alegría a los brazos de Rosa y la besó. –Un paseo en bici por la huerta –La besó Pedro, agarró la silla y se sentó. (…) (páginas 26-27)

El pino que se tornó semáforo. “(…) Clara y olorosa la tarde en Turballos. En la armonía dimanada por el cosmos, si construyes la vida radiante y sencilla, la naturaleza favorecía el paseo de la pareja por la pinada. (…) Iban Malena y Gorka rumbo al nacimiento de la fuente, como si retrocedieran hacia el pasado. La melodía del agua pendiente abajo, les animó a continuar adelante, pendiente arriba, juntos por el sendero en la pinada. El semáforo se puso en verde: –¡Vamos por ahí! –le asistió Malena. (…) (pág. 300)

Los montes de Ítaca, Ulises y Penélope y una aleluya. “(…) ¿Tropezar una vez sólo en la misma piedra o vivir sin temor al traspié? Jamás es demérito el tropiezo, si aprendes de él. Lejos ya del control racional de Jorge, Gorka se deslizó por el andén de la estación como recién salido del paritorio. Sentía la felicidad abrazada a su pecho, como la presintió Ulises al ver desde su velero los montes de Ítaca, antes de bañarse en los besos de su amada Penélope. Gorka alzó la mirada en el deleite y le arrobó una aleluya que le miró y se le acercó en el andén. ¡Guapa Malena! Igual que Odiseo agradeció a su creador Homero el final feliz, Gorka añoró a Shakespeare en la esperanza del reencuentro de Romeo and Juliet. Y recordó el amor prohibido de Kinasi y su hermana Karu en el Japón imperial y el de los amantes Juan Diego e Isabel en Teruel. ¿Cuándo volverán a besarse? ¡Se abrió el cielo radiante en la estación! Y le saludó un rubí femenino, Malena, envuelto en sonrisas y guirnaldas. (…) (página 314)

Espermatozoides como aleluyas de papel. “(…) –¡Estoy ovulando, Jorge! –Se recostaron sobre la cama, se besaron. Como lluvia en primavera, millones de aleluyas avanzaron hacía dentro de Batu. Pero sólo una llegó a la meta y fecundó el óvulo. A los nueve meses… reapareció, en esta vida, su hijita del alma, Itziar. Más adelante en las vivencias de estas crónicas, entenderéis cómo la identificó. Os doy una pista. ¿En qué fecha regresó Itziar a este mundo? Es el número mágico que Jorge adora desde niño. ¡Acertaste! Un día siete… (…) (pág. 102)

Perder las muelas y el buen juicio. “(…) Tres días después, el dentista le extrajo a Maya las muelas del juicio. Pasó una semana y llegó el día del experimento lujurioso. Impaciente, ella despertó antes, en la oscuridad previa a la salida del sol. Esa jornada de ‘Ensayo sobre la ceguera’, se le olvidó a Maya lavarse la cara y las legañas de sus ojos. “(…) Oyó un taconeo desconocido acercarse por el pasillo, como pidiendo guerra, y apareció Maya montada en dos agujas. Su altura había crecido de golpe quince centímetros ¡o más! Le costaba Dios y ayuda mantener el equilibrio. Imposible su equilibrio ético y mental tras perder las muelas del juicio. (…) (pág. 215-216)

Depurar sentimiento como lavar ropa sucia “(…) Esa noche Jorge cenó ‘Arroz amargo’ que le recordó al genial actor italiano Vittorio Gassman. Pasaron ocho días. Maya se encomendó a San Antonio y sobrevoló el Atlántico, mientras Jorge depuraba sentimientos como quien lava la ropa sucia. La soledad le regaló la convicción de marcharse ya a otra vivienda. (…) (pág. 192)

Referencias y menciones sobre la primera poetisa en la Grecia Arcaica, Safo, el árabe andalusí Ibn Al Murabit y el persa Sa’dî y la mítica Shahrazâd. Disfrutarás de creaciones metafóricas y de juegos de imaginación que te sorprenderán. Basados en mensajes y lemas de escritoras y novelistas, poetas y poetisas universales, y sus creaciones como los poemas A un olmo seco de Antonio Machado, Poeta en New York de García Lorca, Aceituneros, Viento del Pueblo y Las Abarcas desiertas de Miguel Hernández, Cuerpo de mujer de Blas de Otero, La vida es sueño de Calderón de la Barca, Árbol de mi vida y Versos Sencillos del cubano José Martí, Pelerín Peregrino de Liliana Popescu, Poema de otoño de Rubén Darío, La otra cara de la primavera de Atanasio Die Marín. La poetisa Gabriela Mistral, Neruda y Benedetti. Platero y yo de Juan Ramón Jiménez, Elegía de Marienbad y Fausto de Goethe, La Divina comedia de Dante. Compartirás metáforas y creaciones literarias inspiradas por relatos, cuentos y novelas como La Odisea de Homero, La Galatea y El Quijote de Miguel de Cervantes, Le Tartuffe (El Tartufo) de Molière, Fiesta de Hemingway, El Idiota de Dostoyevski y Ensaio sobre a cegueira (Ensayo sobre la ceguera) de Saramago, La pasión turca de Antonio Gala, La Biblia de Babel de Borges, La Metamorfosis de Kafka, de los novelistas Camilo José Cela, J. Carax y muchos más. Menciones sobre La Piedra de T.S. Eliot, Grandes pechos amplias caderas de Mo Yan, País de nieves y El maestro de Go del japonés Yanusari, Como agua para chocolate de Laura Esquivel, La sombra del Viento de Las Mil noches y una noche, Alicia en el país de las maravillas, Le avventure di Pinocchio, Las Crónicas de Núremberg, la novela Siddhartha de Hermann Hesse, Berenice de Alan Poe y Romeo and Juliet de Shakespeare.

Akawiko (Japon) y Txolk’in (Leyenda Maya). “(…) En un chasquido de dedos, La Justicia… enlaza vidas y acerca almas. Y luego, cumplido el cometido que las unió, las libera de ataduras. ¿Debió Jorge malgastar más su vida con Maya igual que envejeció Akawiko en la espera del caprichoso emperador? Jorge entró en la vida de Maya y ahora había decidido salir. Pero antes de marchar, quede claro, la llevó al aeropuerto y la embarcó en el avión nupcial. En la cafetería de Madrid-Barajas, mi amigo dibujó dos palmeras, en una servilleta, y escribió la palabra Tzolk’in sin saber por qué lo hacía. Tomaba té verde de Tara. Ella eligió el té rojo pasión. Jorge se despidió de Maya: (…) (Página 223)

El Efecto Shahrazâd defiende que la comunicación afianza las relaciones humanas. “(…)Como nos ejemplifica el relato Las mil noches y una noche, los seguidores del llamado efecto Shahrazâd (princesa Persa que según la leyenda salvó su vida contando cuentos que educaron a su esposo y supuesto verdugo) defienden que la comunicación afianza las relaciones humanas. –Evolucionamos gracias a las palabras y el lenguaje –resumió Jorge. En el macho mamífero de Sapiens, su característica de ansiar la novedad sexual y procrear es un viejo instinto nada fácil de controlar. Las investigaciones sostienen que el paulatino desarrollo biológico del cerebro humano bendice cada progreso cognitivo, en evolución desde la era de las cavernas, pues propicia y aumenta las conversaciones del macho con su compañera. Evolución imparable hacia la plena igualdad de hombres y mujeres, como seres humanos libres, que siguen desarrollando los machos. –Cuando el hombre descubre su feminidad siente una revolución –aseguró Jorge puesto que la ha experimentado hace un pocos años–. Revolución humana sin culminar, inacabada como la emprendida por el Ché y Fidel en Cuba, en el espíritu guerrillero que impulsó al yate Granma hasta alcanzar la costa. –¿Feminidad en lo masculino? ¿Cómo se explica ese fenómeno? –inquirió una voz incrédula. –El Yin que se funde en un Ser único y completo con el Yang, según la filosofía Oriental. O la columna lunar Boaz (feminidad) y la solar Jakin (masculinidad) que sostienen el mítico templo de Salomón, símbolo de armonía en el Ser. –¿Parece un proceso revolucionario? –quise ahondar en la propuesta. –Crucial para la especie humana. Porque de la feminidad surge siempre la creación y la nueva vida. (Página 179)

(Ver las secciones Lingüística y Literatura en el Índice anexo al final de la novela)

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