Génesis, Talmud, Biblia, Bhagavad Guita y Qurán

“(…) ¿Por qué ligamos siempre la religión al lugar de nacimiento, hasta el fundamentalismo violento, si la humanidad nació de Sapiens y una sola familia? ¿Por qué lees El Génesis, El Talmud, la Biblia, el Bhagavad Guita o el Qurán… al pie de la letra como un dogma? En charlas con devotos del Bab, por el mensaje del mundo avenido en la diversidad, afianzó nuestro amigo sus creencias. (…) (pág. 182)

Gandhi, Papa Wojtyla, Teresa de Calcuta y Mandela. “(…) Porque la sabiduría se sitúa más allá de la palabra, igual que la felicidad vibra invisible detrás de cada hecho. Porque al espíritu de nuestro amigo le anima una verdad que supera a la erudición, misterio que leí en sus pupilas. ¿Qué verdad suprema? Deseas conocerla. ¿Te atreverás a experimentarla? Ejemplos son las vidas de Gandhi, el Papa Wojtyla, la Madre Teresa de Calcuta y Mandela. (…) (pág. 186)

Cristo y la misericordia latente en todo ser humano. “(…) –¿Y ofrecer la otra mejilla? –Mi amigo parafraseó al Mesías. –Vivir y sentir, Jordi, dar ejemplo en el camino de la comprensión y el amor. Lo hizo Cristo y San Francisco de Paola. Y Gandhi con su acción humana, nada violenta. De ella surgió esta Comunidad del Arca –le aclaró el cura. –¿Ofrecer la otra mejilla y que te golpeen otra vez? –Jorge cerró con rabia el puño derecho. –Para que el agresor descubra en su conciencia, y sienta en el alma, el cambio de rumbo. –Elevó el sacerdote la cabeza–. Que abandone la senda del puñetazo y aprenda a amar. (…) (pág. 227)

Muhammad y Jadiyat, Amal, Ali y al-qu´ran (Qurán). “(…) Esa jornada de julio, impropiamente lluviosa, pateaba Jorge la huerta de Beniel y encontró la noticia que rastreaba. En un chamizo donde vio una estampa del Arcángel Gabriel, la pareja magrebí cocinaba un guiso de sémola y bróculi. –¡Asalam alaikum! (La Paz sea con ustedes) –se presentó Jorge con su fotógrafo. –¡Ua alaikum asalam! (Y contigo) –le respondió la joven Amal. Los jilgueros cantaban entonadamente a la libertad en las moreras próximas que salpicaban la senda. Encantado por la serenata, Jorge esperó que llegasen los moradores de las chabolas. A esa hora, encerradas en una caseta blanca, cien almas rezaban pasajes de al-qu´ran (Qurán). De rodillas, oraban por la manumisión. (…) Jorge charló con los inmigrantes hacinados en covachas. Jadiyat le contó sus ilusiones femeninas, sin salir de un receptáculo, pero sí apartó la cortina que le tapaba la salida. Así mostró la joven, con recato tras un velo finísimo, el adorno natural de sus ojos de bella viuda. Aseguró a Jorge que añoraba a su amado esposo, Muhammad, quien la respeto igual que a todas las mujeres de su religión. Su mayor ilusión consistía en regresar a su país natal y vivir del comercio de caravanas. (…) (páginas 239-240)

Libros, dogmas y la escuela de la vida. “(…) De todos modos, la vida es como una página en blanco (semejante a la portada de esta novela) a la que saltamos cada día: ¡Navega con valentía en tu vida! (…) (pág. 116) (…) ¡Sea ya! Sabed que aun leyendo un millón de libros, la mejor escuela es vivir. ¿Acaso esperabas respuestas teóricas, dogmas? Aprender siempre de la vida viviéndola y sentir felicidad te resultará más sencillo de lo que sospechas. ¡Atrévete a vivir! ¡Navega con valentía! Porque tú eres el barco en la contraportada de este libro. Abandona la oscuridad y la ignorancia, aprende y comparte. (…) (pág. 186)

El Mesías, humildad y misericordia. “(…) Puedes sintonizar tu fuerza de voluntad con la voluntad divina. Se trata de que te sintonices a la cenital potencia que poseen Jesús y otros hijos de Dios. Cuando Cristo afirma que se haga su voluntad en vez de la suya como ego corporal, El Mesías pretende transmitir a los humanos un mensaje de humildad. Sencillamente, te pide que devuelvas tu albedrío ególatra, sujeto a los deseos y los sufrimientos, y lo entregues de nuevo a la voluntad universal, superior. (…) (pág. 178)

Hermandad universal: aprender de la diversidad. “(…) Por experimentar tanto, en tan corto período, Jorge comulgó en retiros y nyntüm. Supo del sanedrín judío y los sínodos católicos. Conoció a seguidores fieles de Henry Dunant en la Cruz Roja, de Teresa de Calcuta y Vicente Ferrer, de Chiara Lubich y del padre Ángel en Mensajeros de la Paz, de Tagore, Gandhi y Lanza del Vasto. De Saint Germain, de La Ferrière, Leadbeater, Stanislav Grof y Eckhart Tolle, de Erich Fromm, Sondra Ray, Conny Méndez. Dominaba las meditaciones de Osho. Le presentaron a un erasmista sefardí, exilado en Sofía, y a jesuítas amigos de Pedro Arrupe en la Hiroshima mutilada. (…) (pág. 181)

Diez sefiroth, Tiféret Shejiná, Ain-Sho, el ba-gua y Brian Weiss. “(…) Con cualidades de esponja, sediento Jorge de aprendizaje transformador, sin dogmatismo ni titulitis, asumió la esencia de los siete sacramentos, en simbiosis con las diez sefiroth de la Qábbalah, y la infinita compasión de Tiféret unida a Shejiná, energía femenina, llave del despertar del alma al viaje místico. Sintió a Ain-Sho, el camino de la Justicia, entre la clemencia y el rigor. Puso en práctica ensayos de Freud y de Jung sobre sueños y de Penroe. Estudió y debatió las teorías del ba-gua y de las supercuerdas de universos paralelos, supersimétricos al que habitamos despiertos. Y experimentó en su cuerpo las técnicas de regresión a vidas pasadas de Cabouli, basadas en Brian Weiss. (…) (pág. 181)

El reiki de Usui y sus afirmaciones.“(…) La vida de Jorge siguió su curso entre vivencias, nuevos aprendizajes y su trabajo en Ibi. Un domingo al alba, se le transmutaron en su mente las cinco guías del reiki de Usui, afirmaciones que repetía Jorge en silencio desde hacía meses, al despertar ese día del mundo de los sueños: Todo Serenidad; todo Amor; ¡gracias Padre Creador, gracias Madre Divina!; vivo en la alegría y felicidad y soy cada día mejor; yo soy amable con todas y todos. (…) (pág. 264)

Kriya Yoga, Samadhi y Satóri (‘Gù, oh’), Cristo y Krishna. “(…) Cuanto más avanzas por la senda del altruismo, menos tareas mundanas atraes hasta que desaparecen de tu mente y tu vida. Jorge respiró del Bhagavad Guita y del Kriya Yoga de Yogananda, de Ramakrishna, de Ramdas y Krisnamurti. Bebió en la conciencia del Samadhi y Satóri (Gù, oh). Porque los textos Vedas comparten con los de Occidente que “Dios es Bienaventuranza eterna” y que en la esencia del Ser Supremo nace el amor, la sabiduría y la dicha que se aparece, ante los santos y santas, en la visión amada por cada creencia. –El cristiano ve a Cristo como el hindú ve a Krishna o a la Madre Divina. (…) (pág. 177)

El chakra sánscrito y el ashram, Hermes y El Kybalion. “(…) ¿Será que sólo ves el fruto en las ramas y lo tomas cuando puedes disfrutarlo? ¡Conocer a la naturaleza es conocerte! Jorge aprendió a gozar de la totalidad de la vida: lágrimas y sonrisas. Con la energía vibratoria del ashram nos desprendemos de las obsesiones que te enferman. Se te abre el corazón y gira con más vigor el chakra sánscrito. Y ya en tu consciencia ensanchada fluye más intuición clarividente. Nuestro amigo ha conocido en los ashram a seres valiosos. A Carmen y Antonio, Mari Carmen y Rafa Artola, a Paloma y al gurú Carlos, a incontables compañeras y compañeros de camino, y luego al maestro Josué y a Elizabet. En el ashram de la sierra madrileña, entre las cuerdas de la guitarra de Antonio se le apareció Rafa. De su mano, Jorge reencontró a Hermes, a quien Maya había arrumbado en una estantería. Pero él halló en ese maestro universal del esoterismo las enseñanzas universales más ocultas en Sapiens. Sólo así se percató del saber y lo reconoció. ¿Quién sabe cuánto tiempo relegado en la memoria laberíntica –Jorge, lee El Kybalión –le indicó Rafa Artola–. Tal vez es lo que buscas. (…) (pág. 166)

Buddhismo con Kumara: Tana y Garuda en Murcia.“(…) Invitado por Kumara, un sábado en su casita acristalada y luminosa, en Las Torres de Cotillas, supo Jorge de la existencia de Tana (“Sed insaciable por lo que te falta y hastío por lo que tienes”) y se observó en el hábito de la reacción, con el fin de romper la cadena fatídica (acción-reacción-acción-reacción-…). Sintió a Shila (“Recta palabra, recta acción y vida ética”) y la sabiduría de Garuda (“Pájaro del alma y la libertad”), en vuelo sin fin ya equilibradas sus alas (Amor-Compasión y la Sabiduría). (Página 180)

“Om”, Swami y ‘La Perfección Suprema o Espíritu Santo’. “(…) Los gurús, conscientes del “Yo Soy” en forma de luz infinita, se dirigen a su aspecto impersonal o al maravilloso sonido vocal “Om”, El Verbo en la transmutación budista, La Perfección Suprema o Espíritu Santo. Así lo ha visto Jorge en la sabiduría de un Swami que expande la luz de Surya y lo sintió Jorge en la Vacuidad, destreza para observar en ti y atajar las interpretaciones de tu ego insaciable. Un cálido atardecer en la pinada, Jorge se dirigió a los contertulios: –Pensáis que Dios cumplirá vuestros deseos, con sólo rezarle. –¿Crees Jorge que algo negativo te trae el pedir? –esperé la respuesta. –Agradece primero pero después acomete con resolución y valor cada situación en tu vida –me contestó Jorge. –¿Y también los trances y hechos dolorosos? –¡Todo es aprendizaje! –lo acreditó con una cicatriz y otras tristezas que conocíamos ya de su vida. –¿Aprender del dolor y el sufrimiento? –hubo una objeción anónima. –¡Voluntad de aprender, siempre! –nos recalcó Jorge. (Página 177).

¿Thot, Cadmus y Enoch es el legendario Hermes Trimegisto? Jesucristo ‘El Buen Pastor’ y ‘El Karma’. “(…)Después de unos minutos de meditación profunda, en silencio junto al manantial, volvimos a beber, antes de reavivar el rescoldo de la tertulia iniciática: –¡Verdadero es lo permanente y eterno! –Jorge evocó con admiración a su maestro Hermes. Una de las compañeras de tertulia profundizó en el personaje al asegurar que Hermes es el nombre griego del Thot en egipcio, Cadmus en fenicio, y el Enoch judío, todos la misma persona, supuesto descendiente de Adán y Matusalén. Sofía comparó la sabiduría de Hermes con “el pan de la vida y la vid” del Buen Pastor, en un mundo en la forma más justa. Superados ese día los deseos superficiales para al fin reconocerte y ser todo en ti alegría completa y plena. Hubo también otras aportaciones que enriquecieron el debate. Joan explicó que la psicología y el ocultismo occidental hacen mucho hincapié en la pureza de pensamiento. Mientras que en la cultura oriental el karma es acción hacia lo Perfecto, sin obviar la ley de causa y efecto. En Oriente, creen que las criaturas de los reinos inferiores al humano carecen de mente, que pueda generar juicios, pues nada saben de lo bueno y lo malo ni de lo que debe hacerse, y así jamás se generarán karma. (Página 180)

El Bab (Persia) por el mensaje del mundo unido en la diversidad. “(…) En charlas con devotos del Bab, por el mensaje del mundo avenido en la diversidad, afianzó nuestro amigo sus creencias. Jorge nos contó la alegría de su primer encuentro con Farhad: –¡Allahuabha! (¡Dios es la Gloria Más Grande!) –el persa le dio la bienvenida. –¡Allahuabha! –Jorge se fundió con él en un abrazo. –Con un corazón puro, bondadoso y radiante… –le ofreció Farhad uno de sus lemas. –… haz tuya una soberanía antigua, imperecedera y sempiterna: ¡Libertad! ¡Amor! –lo completó Jorge, como si otro ser que habitase dentro de su cuerpo respondiese por su boca. El abnegado bahá’í, de calva reluciente, piel tostada por el sol del desierto, reza a diario que si deseas de corazón la amistad, con todas las criaturas, esa hermandad espiritual, bienaventurada, será difundida y aunará el deseo de los demás. El fin es crecer y crecer, más y más, hasta englobar la mente de la humanidad entera.

Bahá’u’lláh (Persia) y la parábola del pájaro. “(…) A media tarde, Farhad le dejó entrar en su aula, donde relató a las niñas y niños un cuento inspirado en las tablas de Bahá’u’lláh: “Sois como el pájaro que se remonta, con toda la fuerza de sus poderosas alas y en alegre confianza, en la inmensidad de los cielos, hasta que impelido para satisfacer su hambre se vuelve anhelante al agua y al barro de la tierra que está bajo él. Y atrapado desde entonces en la red de su deseo, se encuentra impotente para reanudar el vuelo hacia los reinos de donde vino. Impotente para sacudirse la carga que pesa sobre sus alas enlodadas, aquel pájaro habitante de los cielos es forzado ahora a buscar su morada en el polvo. Por lo tanto, ¡oh siervos de Dios!, dejad de manchar vuestras alas con el barro del descarrío y deseos vanos y dejad de ensuciaros, con el polvo de la envidia y el odio, para que nada os impida remontaros en los cielos del divino conocimiento. Romped las cadenas de este mundo y liberad vuestra alma de la prisión del yo. Aprovecha tu oportunidad puesto que difícilmente volverá a ti.” Una niña rubita se levantó del corro y besó a su maestro. (Página 182-83)

(Ver las sección Religión-Esoterismo en el Índice anexo al final de la novela)

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